la criatura (arcanepunk)



Hacía más de una semana que los cables llevaban los impulsos electromagnéticos
al cerebro, y por más que los doctores inyectaban
adrenalina y una que otra proteína mutada, la criatura seguía sin cobrar vida, los nanorobots ya habían reconstruido en su
totalidad el cuerpo físico y habían hecho incluso una mejora genética, pero la
criatura simplemente se rehusaba a vivir.
Con la frente sudorosa y la
mirada enajenada el Doctor Sion repasaba una y otra vez los procedimientos,
buscando el posible error, busco en los componentes alquímicos, por si alguno
hubiera faltado, pero todos estaban en perfecta correspondencia, fue entonces
que la alarma de seguridad comenzó a sonar, de inmediato las salas se cerraron
y el con su criatura quedaron completamente aislados, de fondo se podía escuchar
disparos, gritos y montones de pasos apresurados, pero el doctor Sion no tenía
tiempo para esas escaramuzas, volvió a su escritorio, encendió la laptop holográfica
y comenzó a escribir ecuaciones cuánticas, una vez más los disparos lo
desconcentraron, grabo lo poco y nada que había hecho y se dirigió al tubo criogenico donde su
criatura descansaba, entonces a su espalda la puerta blindada comenzó a tomar
una tonalidad rojiza y al segundo la puerta exploto crenado una fuerza de
impacto que lo dejo desmayado contra la pared, del exterior entraron dos
shadowrunner, un hechicero elfo de elemento fuego con las manos aun
incandescentes y un enano cargado con una metralleta de triple tracción y
municiones biomecánicas, mientras el enano vigilaba la entrada, el elfo se dirigió
hacia la criatura e invocando antiguos hechizos provoco que el tubo criogénico se
deshiciera como mantequilla, la criatura que en esos momentos parecía un reptil
heterogéneo, comenzó rápidamente a mutar ante los ojos fascinados del elfo.
— Pero que mierda está pasando?— pregunto enojado el
enano.
— Algo totalmente inesperado— comento alegre el elfo.
Un brazo delgado se alzó entre el
vapor y los restos de material biológico, seguido de un torso femenino y los
terribles gritos de dolor de la neófita,
el elfo por primera vez en su larga vida de mercenario, sintió compasión
por la criatura se acercó lentamente con gesto paternal y la envolvió con su capa.
— “Bienvenida al mundo”.— le susurró al oído.
De su bolsillo derecho extrajo la daga dorada, cercenando el cuello de la neófita,
la sostuvo entre sus brazos mientras la sangre salía a borbotones y la luz de
sus ojos comenzaba a oscurecerse, cuando dejo de moverse el elfo la tendió en el
suelo, se dirigió hacia la laptop holográfica y descargo un virus que en
segundos borro toda la información del complejo, el enano dejo una granada de bajo
alcance y ambos se marcharon con la explosión en sus espaldas.
El fuego consumió absolutamente todo, dejando un rastro negro de cenizas, sin embargo, de pie apoyada en la pared, con su cuerpo cubierto de hollín la criatura regeneraba sus partes dañadas, con la torpeza de un recién nacido camino hacia el exterior de laboratorio perdiéndose en la oscuridad de los pasillos.

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